Los amores y desamores de Jorge
Los amores y desamores de Jorge
Por:
Guadalupe Loaeza
(05-Dic-1993)
Dicen que ese 5 de diciembre de 1953 a la 1:45 del mediodía, todas las flores del Paseo de Reforma que había mandado a poner el entonces regente Uruchurto para embellecer la ciudad, de pronto se entristecieron. Que el cielo se nubló y que las palmeras borrachas de sol, dejaron de brillar. Que el chorro de agua de las fuentes, súbitamente dejó de correr. Dicen que de repente las campanas en la Basílica, se pusieron a repicar y que justo en esos momentos, los ojos de la imagen de la Virgen de Guadalupe empezaron a llorar lágrimas de verdad. Dicen que todos los radios, vitrolas y cilindros dejaron de tocar, y que los mariachis en la Plaza Garibaldi, comenzaron a tocar "México lindo y querido", sin saber por qué.
Trece años atrás, en 1942, Jorge Negrete filmaba la película "El Peñón de las Animas", con una joven de quien se decía que era bellísima, pero que nunca había actuado en su vida, María de los Angeles Félix Güereña, mejor conocida como María Félix. Dicen que durante el rodaje del filme, Jorge Negrete y la nueva estrella no se dirigieron la palabra, que cuando ensayaban las escenas de amor, se echaban miradas de pistola. 
En ese entonces el apoderado del actor era su hermano mayor David. "Negro", le dijo, "te estás comportando de una manera muy altanera y descortés con la nueva actriz". Tal vez, le contestó Jorge, pero es que la pobre me es profundamente antipática. Tiene aires de niña bien y no la paso ni envuelta en papel celofán". No hay duda, ya desde entonces María era antipática.
En ese entonces el apoderado del actor era su hermano mayor David. "Negro", le dijo, "te estás comportando de una manera muy altanera y descortés con la nueva actriz". Tal vez, le contestó Jorge, pero es que la pobre me es profundamente antipática. Tiene aires de niña bien y no la paso ni envuelta en papel celofán". No hay duda, ya desde entonces María era antipática.
Seguramente María no pensaba que Jorge era un niño bien, sino que era un actor a quien el éxito se le había subido a la cabeza. También a ella le era sumamente antipático. No obstante esta antipatía recíproca, "El Peñón de las Animas" fue un éxito rotundo. La prensa elogiaba la belleza de María con el mismo entusiasmo con el que aplaudía la actuación de Negrete como "Fernando Iturriaga", personaje que le valió el premio a la mejor actuación masculina de 1942, otorgado por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas.
A partir de este éxito, Jorge Negrete y María Félix se convierten en los actores mejor pagados, 20 mil pesos por película.
El Charro Cantor y Elisa trabajaron juntos en 1938 en la película "La Valentina". Dos años después se casaron en el City Hall de Miami, el 28 de enero de 1940. Jorge Alberto Negrete Moreno tenía 28 años y Elisa Crochet Aspero , 21. Dicen que durante ese viaje Jorge Negrete le apostó a la ruleta y que se quedaron sin un centavo. Que no tenían dinero ni para el boleto para ir a Nueva York, donde deseaban pasar una temporada. "Pero, no te preocupes mi amor, acuérdate de lo que dice el refrán: 'Desafortunado en el juego, afortunado en el amor'", le dijo Jorge con una sonrisa de enamorado. Elisa no se quedó con los brazos cruzados. Dicen que le escribió a un amigo de su padre que vivía en Nueva York para solicitarle ayuda económica. Allí se instalaron en un departamentito supermodesto.
Jorge Negrete empezó a trabajar en el bar "La Conga", alternando el trabajo con la editora Southern Music donde transcribía las canciones norteamericanas al español. Aparte de cantar, entonces Jorge Negrete tenía una pasión, gastarle bromas a sus cuates. Cuando le sobraba un poco de dinero se dirigía a una juguetería del barrio de Broadway, donde compraba trucos. "Deme una docena de cigarrillos que estallan en la boca. También quiero aquel ramo de flores que al olerlo, salta un chorrito de agua perfumado. Y me da seis monedas, esas que parecen muy sólidas, pero que se doblan sin ningún esfuerzo. Va a ver como voy a impresionar a mis amigos con mis fuerzas", le decía a José, empleado puertorriqueño de la tienda y profundo admirador del charro mexicano.
Dos años después de aquella estadía en Nueva York, una mañana en que Elisa leía el periódico mientras terminaba de desayunar, de pronto sus ojos se toparon con el siguiente encabezado: "En la pasada corrida de toros, Jorge Negrete rejoneó a caballo. Elegantemente vestido con su traje, se le vio muy contento acompañado por su esposa Gloria Marín".
Hasta cinco veces leyó Elisa aquella noticia. No lo podía creer. ¡Cómo se enteraba de esas noticias, justo el día en que iba a anunciar que estaba esperando bebé!, y esa misma tarde, Jorge se enteró de que Elisa se iría y que iba a ser madre. Pero Jorge Negrete no la dejó irse y le propuso cambiarse de casa y reempezar una nueva vida. Al cabo de un mes, de dos y de hasta tres, Jorge Negrete seguía pensando en la oscuridad de los ojos de Gloria Marín. Por las noches, mientras Elisa dormía a su lado, Jorge volvía a leer la historia de su amor por Gloria; la recordaba con su sombrero de charra mientras filmaba "Ay Jalisco no te rajes"; la evocaba protagonizando a la hija del Duque de Nevers, en la película donde trabajaron juntos "Enrique de Lagardere"; soñaba con todas las cartas de amor que no salieron en la película. Y mientras Jorge soñaba despierto, Elisa soñaba pesadillas. Veía a su marido en brazos de Gloria, se veía abandonada con su bebé. Se veía triste y profundamente sola. Y entre pesadillas de ella y los sueños de él, finalmente decidieron divorciarse.
Y mientras Diana, la hija de Jorge y Elisa, crecía en casa de sus abuelos maternos, su padre viajaba a La Habana, Puerto Rico, filmaba más películas y se hacía todavía más famoso. Y los años pasaban y Jorge Negrete seguía viajando por toda América del Sur, grabando discos, presentando operetas, etc. En 1944, debido a las circunstancias en que se encontraban los actores de México, se empieza a involucrar en los problemas de la UTECM (Unión de Trabajadores de Estudios Cinematográficos de México).
Después de intensas luchas, establece nuevas leyes, estatutos y sólidas bases que rigen aún la ANDA. El invierno de ese mismo año, Jorge Negrete que era un excelente hijo y un actor ya muy rico, le regala a sus padres una casa preciosa. Una tarde mientras paseaba con Diana, su "negrita", como la llamaba, por la colonia San José Insurgentes, dicen que justo estaban dando la vuelta por las calles del Angel, cuando de repente en el número 44, vieron un anuncio que decía: "Se vende". "Ahora sí mi negrita, Santa Clós me hizo caso. ¿Ves esa casa tan bonita que está allí? ¿Te gustaría vivir allí con tus abuelitos?" Su hija miró la casa con sus grandes ojos y dijo que sí con la cabeza, mientras se terminaba su barquillo de nieve de limón. Una semana después, David Negrete y su esposa entraban a la espléndida casa, llena de luz. Lo primero que hizo don David, fue dirigirse a lo que sería su biblioteca. "Mira aquí arriba de esta chimenea colgaremos el gran óleo del general Porfirio Díaz", le dijo a su mujer. "Y aquí en este rincón estará el piano de nuestro hijo Jorge, para que lo acompañen sus amigos Chucho Martínez Gil, Antonio Badú y, desde luego, Manuel Esperón", agregó la mamá de su Charro Cantor.
Y esa navidad de 1944, la celebraron en la nueva casa. Toda la familia la pasó reunida en compañía de los amigos del cantante. Nada más faltaban dos personas: Elisa, la madre de Diana, y Gloria Marín, el amor de Jorge Negrete. Después de brindar, Jorge se despidió y corrió a los brazos de su enamorada Gloria Marín que lo esperaba vestida con su bata de satín de seda color marfil.
Dicen que Gloria Marín en esa época, estaba siempre como ausente, que ya no le interesaban ni las compras, ni los buenos restaurantes, que lo único que quería era estar sola. Pobre Jorge cómo aguantaba sus malos humores. Pobre Jorge, cómo sufría de ver a su adorada Gloria tan desapegada. Pero sobre todo, pobre Jorge, ya que ni se imaginaba todo lo que le pasaba por la cabeza de su Gloria, ni se imaginaba quién le causaba esas dizque migrañas. No, él no se imaginaba nada, porque era un hombre de buena fe, porque era un hombre generoso y muy entregado, y finalmente porque era un hombre bueno. Sin embargo, Jorge compensaba el mal trato de Gloria, que ya para entonces era todo menos una gloria, con el buen trato de los bombones españoles.
Cada vez que bajaba al lobby del Hotel Palace, donde estaban hospedados, lo esperaban decenas de madrileñas guapísimas. "¡Me gustas por macho!", le exclamaban al salir del elevador. "Eres más majo que en las películas". "¿No me das un beso mi charro mexicano?", "si quieres me convierto en tu China Poblana", le decían. Y seguimos compadeciendo a Jorge porque por las noches cuando estaba en la cama con Gloria, lo que menos se sentía era muy macho, ni muy majo, ni muy charro mexicano...
El 30 de marzo de 1949, en el edificio de la Asociación Nacional de Actores, entonces ubicado en las calles de Delicias, tuvo lugar la toma de posesión del nuevo comité que regiría el destino de los actores durante el siguiente período sindical, quedando como Secretario General, Jorge Negrete. Dicen que a fines de este año, y a raíz de la actitud de Gloria, Jorge empezó a salir con Elsa Aguirre, pero que el romance no avanzó porque según Elsa, el actor le imponía "una presión intelectual", difícil de manejar. Dicen que también por esta época, cuando fue a Texas a rodar una película, se llevó con él a una mujer particularmente bella. Dicen que se llamaba.
Miroslava Stern, pero que en realidad seguía enamorado de Gloria Marín.
A partir del año de 1951, a Jorge Negrete se le empezó a agravar un padecimiento hepático que tenía desde mucho tiempo atrás. Pero a pesar de su mal, trabajaba intensamente como líder y secretario de la ANDA. En el mes de mayo se aprobó el proyecto de la construcción de la clínica y de la academia de arte.
No, ese año Jorge Negrete ya no era feliz. Sus amigos le enteraban de las relaciones amorosas que tenía Gloria Marín con otros actores. "No, no es cierto. Mienten. Yo la quiero. Son puros chismes", les decía Jorge furioso. "Si no nos crees por qué no simulas un viaje al extranjero y lo compruebas tú mismo", propuso uno de ellos. Y así lo hizo Jorge. Un día le dijo a Gloria: "Mañana me voy a Puerto Rico, ¿no te importa?", le preguntó. Y ella, imagínensela, limándose las uñas frente a su budoir, enfundada en su bata color marfil, diciendo: "Está bien. Entiendo. Pero no se te olvide traerme un regalito, ¿eh?". Al otro día, el pobre de Jorge salió con su petaquita y ¿qué encontró cuando regresó unas horas después? Pues nada menos que a su Gloria, todavía con su bata color marfil en brazos de Abel Salazar en el sofá de su casa.
Afortunadamente que aquella casa que les compró a sus papás era suficientemente grande, ya que fue precisamente allí donde se fue a vivir Jorge con el corazón destrozado al lado de su hija y de sus padres que adoraba.
Y llegó el mes de septiembre de 1952. "Ya me voy", dijo muy temprano Jorge tomando su sombrero del perchero que se encontraba en el amplísimo vestíbulo de la casa de San José Insurgentes. "¿Adónde vas, papá?", le preguntó Dianita, su hija, mientras terminaba su pan tostado Bimbo cubierto de mermelada de fresa. "Voy al aeropuerto mi negrita. Voy a recibir a una mujer bellísima, que conocí hace muchos años y que me cayó muy mal. Pero la voy a recibir en nombre de la ANDA". Y anda que se fue Jorge Negrete a buscar a María Félix.
Días después , se organizó una fiesta en el Variety Club en honor de María, y otro más pero este petit comité organizado por el diseñador de modas, Armando Valdés Peza. A este último, llegó Jorge. Y al entrar al salón, se acercó a María, con su boca más roja que una sandía y le dijo: "Jorge, qué gusto que hayas venido. Ven, vamos a platicar con los periodistas que en estos momentos me están entrevistando", dijo oportunamente la oportunista de María. "Te traje esta orquídea". "Gracias, Jorge. Está lindísima". "Pero no como tú".
El noviazgo duró poco. A finales del mes de octubre comenzaron a circular las invitaciones para la boda. Antonio Badú y José Pulido organizaron una despedida para Jorge Negrete en el Salón Versalles del Hotel del Prado. Allí Jorge Negrete dijo al brindar: "Ahora sí he logrado el amor de mi vida. He hallado en María, eso que tanto anhelé toda mi vida, la comprensión, la reciprocidad en el cariño. Ahora sí voy a disfrutar de algo correcto que no sólo ansiaba para mí mismo, sino para la tranquilidad de mi familia principalmente".
En el periódico Cine Mundial del jueves 11 de febrero de 1954, aparece una fotografía de Diana Negrete, única hija de Jorge Negrete, y Enrique Alvarez Félix, único hijo de María Félix. Los dos se ven desconcertados. Ambos observan pasmados a sus padres el día de su boda, el 18 de octubre de 1952, en la finca de Catipoato en Tlalpan. "¿De qué quieres que te hable Dianita?", le dijo de pronto Enrique a su media hermana. Diana, de 10 años, no contestó porque era sumamente tímida. Además no sabía qué decir. Seguramente a Enrique le sudaban las manos. Es probable que a Dianita hasta le haya dolido el estómago.
Y desde su mesa, los observaban con atención, con tensión y tal vez hasta con compasión. Diana miraba a María. Las trenzas de la Doña le llamaban la atención. "Parecen columpios", tal vez pensó. Luego quizá se preguntó: "¿Por qué no se habrá puesto el collar de esmeraldas, que le regaló mi papá? Dice mi abuelita, que costó muchísimo dinero y que mi papá tiene muchas deudas. Pobre de mi papá, cómo lo hace gastar esa señora. En realidad no es tan bonita. Me recuerda a la bruja de la película de Cenicienta. Para mí que ni lo quiere. Nada más se casa con él para hacerse más publicidad. Para que hablen de ella, y digan que es divina. No tiene cara de buena gente.
Y Enrique, ¿en qué pensaba mientras observaba al Charro Cantor? A lo mejor se decía cosas como: "Se vé que ya está muy enfermo. Está pálido. ¿Por qué se habrá casado mi madre con un enfermo? ¿Para darse más publicidad, o si ya tiene demasiado? ¡Qué extraña mujer es mi madre! Jamás acabaré por entenderla. Pobre Jorge Negrete, no sabe con quien se casa. Yo creo que este asunto va a acabar muy mal. ¿Para qué me habrán sentado con esta niña tan boba? No sé de qué platicarle. Por más que trato de sacarle conversación, no hay manera de establecer el mínimo contacto. ¿Por qué nos habrán sentado juntos? ¿Para darle gusto a la prensa? Sin duda. Estos son los precios que hay que pagar cuando se es hijo de la Doña".
¿Fueron felices durante la luna de miel? Eso no lo sabemos, lo que sí sabemos es que en diciembre María se fue de viaje. Sin embargo, el 24 de diciembre de 1952, María y Jorge pasaron juntos la navidad.
Este domingo se cumplen 40 años de la muerte del Charro Cantor. María Félix dijo no hace mucho en un programa de televisión: "Yo creo que Jorge sabía que se iba a morir, y quiso darse un año a todo dar". ¿Ustedes creen que realmente se lo dio?
Finalmente la casa de San José Insurgentes se tuvo que hipotecar, para pagar el collar de María. Bueno, eso dicen.
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